La ley 675/01 establece que toda sanción por el incumplimiento de las obligaciones no pecuniarias en la propiedad horizontal tienen que estar descritas en los reglamentos de propiedad horizontal o fundamentadas en la Ley; de lo contrario se hace imposible aplicar normas y sanciones que establezcan la asamblea general de copropietarios o los consejos de administración, sin el lleno de los requisitos legales y con los quorum requeridos. Al imponer sanciones sin ese requisito se estaría estaría violando el debido proceso establecido en la Constitución Nacional donde reza que “nadie puede ser juzgado sino acorde a las normas preexistentes”, que en este caso es el reglamento que rije a la comunidad.
De ahí la importancia de los reglamentos internos en las propiedades horizontales; porque sin ellos sería muy dificil definir cuáles son las normas que van a regir la convivencia entre los vecinos ya que éstas cambian según los bienes comunes y las personas que habitan en la copropiedad.
Pero como la escencia de las normas no es sancionar a quienes incumplan los reglamentos, debe ser función de los administradores de la copropiedad realizar una verdadera difusión de ellos para que los residentes tengan conocimiento de cómo se deben comportar en el Edificio o Conjunto.
El problema radica en los casos en los que las personas conociendo las normas básicas de convivencia se niegan a cumplirlas, unas veces por capricho y otras veces por falta de cultura, generando con esto divisiones sociales dentro de las copropiedades y otras veces acusando al administrador y al consejo de administración de ser los culpables e incomprendidos.
Para vivir en propiedad horizontal se deben cumplir las normas establecidas, conociendo sus reglamentos internos. Acordémonos que nadie pelea solo y cuando existe un rechazo colectivo no es por culpa de los demás sino de uno mismo. El arte de vivir en sociedad es llegar a ser aceptado socialmente no agrediendo a terceros, imponiendo comportamientos individuales.
Cuando se vive en propiedad horizontal se es dueño de todo, pero no se es propietario de nada, por eso debemos evitar sanciones cumpliendo la normativa que existe en ella.
Autor: Ramiro Serrano.
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Fuente: Vanguardia Liberal.