Fuente: LA REPÚBLICA (https://www.larepublica.co/economia/estratos-sociales-no-permiten-conocer-la-realidad-economica-de-las-familias-2732258)
Autor: Noelia Cigüenza Riaño – nciguenza@larepublica.com.co | Publicado el lunes 28 de mayo de 2018 en larepublica.co.
Nadie puede negar que en todos los países existen diferencias sociales, lo curioso es que Colombia es el único del mundo en el que las personas están condicionadas por el número del 1 al 6 que aparece en la factura de sus servicios públicos desde la década de los 90.
Pero más llamativo aún es que a día de hoy sea tan complicado conocer a ciencia cierta cuántas personas viven en los denominados estratos, que no son más que una clasificación de los inmuebles residenciales para cobrar de manera diferencial los recibos de agua, luz o gas permitiendo asignar subsidios.
Esa afirmación, debido a la imposibilidad de este medio de obtener datos estandarizados de las principales secretarias de Planeación de las principales ciudades del país pues cada una identifica los estratos por una variable distinta (manzanas, viviendas, personas…) y maneja cifras con años diferentes (algunas incluso de hace 13 años). En general, se encontró que la medida más común de estratificación es por lados de manzanas siendo el estrato 2 y 3 donde mayor población se concentra y en el 6 en el que menos.
“Es difícil homogeneizar los estratos en todas las ciudades y medir cuántas personas hay en cada uno. La clasificación se da para los servicios públicos, incluso, en algunos recibos pueden llegar a venir ser diferentes. Quizá las ciudades con mayor conteo sean Bogotá y Medellín donde pocas empresas concentran los servicios”, manifestó Carlos Charry, profesor de Sociología de la Universidad del Rosario.
La mayoría de los colombianos viven en los estratos uno, dos y tres.
A pesar de ello, hay que destacar que la capital es una de las que lleva la delantera en la actualización de la estratificación socioeconómica. Según datos de este mismo año, Bogotá tiene 7.025 manzanas con estrato 1; 15.727 pertenecen al 2; 12.054 se reconocen dentro del 3; con estrato 4 se identifican 2.439; con el 5 unas 1.038; y dentro del 6 aparecen 879.
“Hacemos un llamado al Congreso, al Departamento Nacional de Planeación y al Dane, entidades competentes, a poner en discusión la metodología actual de estratificación, que solo tiene en cuenta las características físicas de la vivienda, y no nos permite conocer la dinámica del poder adquisitivo de los hogares”, sostuvo el Secretario Distrital de Planeación, Andrés Ortiz Gómez, al hacer hincapié en que existen limitaciones en la metodología al no permitir capturar la realidad socioeconómica de los hogares del país.
En Cali, de acuerdo con datos proporcionados por el Departamento Administrativo de Planeación Municipal a abril, existen 10.262 manzanas con estrato 1; 12.940 tienen estrato 2; con 3 se identifican 12.582; con 4 hay 3.337; en 5 aparecen 2710; y en 6 unas 6 861.
“Existe una relación porcentual de estratos definidos por lados de manzana. A pesar que la estratificación fue creada para definir los subsidios en los pagos de los servicios públicos, hoy por hoy constituye ser un instrumento destinado a la focalización de las políticas públicas y su utilización se ha extendido a otros requerimientos como los pagos del impuesto predial, gravámenes de valorización, expensas en las curadurías, pago de matrículas en las entidades oficiales, entre otras”, indicó Esperanza Forero Sanclemente, subdirectora de Planificación del Territorio de Cali.
Por su parte, en Medellín también se concentra la mayor parte de viviendas en los estratos 2 (35%) y 3 (30%), según datos de 2015.
¿De qué depende estar en una u otra clasificación?
El estrato depende de las características físicas externas de la vivienda que habitan los ciudadanos, su entorno inmediato y su contexto urbanístico. En concreto, según la Secretaria Distrital de Planeación de Bogotá, se tiene en cuenta la presencia física de la vivienda; las vías de acceso; el tamaño del frente; el andén; el antejardín; los garajes; el material de las fachadas; el material de los techos o la zonificación por criterios de hábitat (usos del suelo y materiales de la construcción).